viernes, 19 de septiembre de 2008

32 años

Noche entre semana, Joselo llega cansado de una no tan larga pero si exhaustiva jornada laboral, perdió otra vez las llaves de la casa, pero esta vez no se quedará afuera, ha escondido un duplicado; al abrir la puerta lo recibe su animal, tiene hambre, lo saluda, se sientan un rato en el sofá, el animal es animado y sale a caminar, Joselo permanece, comatoso, ausente e indiferente por diecisiete minutos.

Una vez de pie es hora de la cena, destapa un vino y pone música, se sienta en el balcón, mientras hace dos, tres llamadas, el vino sigue corriendo, come algunas plantas y fuma otras después. Lee un rato y observa otro.

El obligado after-eating tabaco y la inducción del sueño pa' reposar placidamente las 8 horas reglamentarias y reponer energía; la meditación y demás medios orgánicos algunas veces necesitan potencializadores, asi que elige aleatoriamente algunas pastillas del buró, sin miramientos se mete unas a la boca y las traga con agua fría. AC y TV.

Después de eso, todo se aligera, la cama mas suave que de costumbre y cualquier posición es la mas placentera de todas. Unas horas y muchas respiraciones después, ya es muy tarde, agua tibia, cafeína y nicotina. Entrar en carácter y pertenecer, hasta que todo se ponga borroso otra vez.

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